JESÚS DE NAZARET, ¿UN ENIGMA HISTÓRICO?

La respuesta a esta cuestión es relativamente sencilla: sí lo es para una “investigación” estrictamente confesional, es decir, sujeta a unos límites precisos y a mil aporías debido a una construcción dogmática de siglos, de la cual no es posible evadirse sin ser considerado “heterodoxo”. No lo es, si el investigador intenta ser independiente, no militante; si procura no estar sujeto a ningún a priori, sino abierto a todos los posibles resultados una vez que ha aplicado, con diligencia y honestidad, a los documentos de la época que hablan fehacientemente de Jesús, un método de investigación histórica probado por siglos en otros autores de la antigüedad.

Antonio Piñero

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Número 1 2017
Dosier: Antes del Big Bang